jueves, 17 de marzo de 2016

EL DISCÓBOLO DE MIRÓN SE CONFIESA



Hola señores y señoras, niños y niñas, quiero presentarme: soy el Discóbolo, pero una simple réplica en yeso de  la gran obra de arte de la Antigüedad griega, que fue esculpida en mármol por Mirón; pero bueno, eso no es lo más importante. 

         Estoy aquí en la misma entrada del museo de Reproducciones Artísticas de Valladolid, donde ahora nadie me ve, ya que es de noche y todo está cerrado. 

         La verdad que es muy duro mantener esta postura suspendida, sujetando un disco pesado, unos dos kilos, sin terminar de lanzarlo de una vez y poder por fin relajar mis músculos.  
Todo el mundo puede contemplar cómo soy por fuera: un hombre guapo, con estilo y con una buena pose, pero nadie sabe cómo soy por dentro, cómo me siento o qué pienso. Todos se sacan fotos conmigo y qué pena que yo no pueda hablar con ellos para preguntarles qué opinan de mí o sin ir más lejos, enseñarles este bonito museo y los secretos que hay dentro de él, su trastienda con tantas piezas que no están expuestas,  sino embaladas para que se conserven mejor.

         También he tenido mis momentos de gloria. Hace ya unas décadas fui la figura que representó a España en los Juegos Olímpicos. Bien es verdad que mi vida ha sido muy ajetreada, pero espero quedarme definitivamente aquí con mis compañeros. 
Deseo que vengáis a visitar el Museo de Reproducciones Artísticas y así podáis estar conmigo.

 Un saludo,  El Discóbolo.





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